Capítulo treinta y seis

El edificio parece más concurrido de lo habitual. Una gran multitud se mueve por el primer piso, hombres con trajes y mujeres con vestidos formales, charlando y estrechando manos. Mads y yo habíamos acordado que sería mejor si yo entraba primero para no fomentar demasiados comentarios. Ignoro la tri...

Inicia sesión y continúa leyendo