Capítulo treinta y dos

Celeste negó con la cabeza con las manos en las caderas mientras miraba a Kara, quien se negaba a devolverle la mirada.

—No puedo creerlo —murmuró—. ¿Todo eso? ¿Guardaste todo eso dentro y lo llevaste contigo sola?

François no dijo nada, solo se quedó al lado de su esposa, con una expresión sombrí...

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