Capítulo 49: el eco de la primera loba

El silencio tras la batalla con Dorian era engañoso. Aunque la fortaleza había quedado cubierta de escombros y sangre, yo podía sentir que las sombras aún se cernían sobre nosotros. Adrian estaba herido, y aunque intentaba ocultarlo, cada respiración suya era un recordatorio de lo frágil que era ...

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