Capítulo 51: la jauría de la oscuridad

El silencio tras la caída del primer guardián apenas duró un suspiro. Afuera, el viento cargaba un murmullo denso, como un coro de rugidos contenidos, vibrando en la piel como cuchillas invisibles. Mis sentidos estaban tensos, mi cuerpo temblaba todavía con la energía que había liberado, y Adrian...

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