Capítulo 61: sombras en la sangre

El amanecer apenas pintaba el horizonte cuando dejamos atrás la estación destruida. El humo todavía se elevaba en columnas oscuras, y cada crujido del metal parecía un lamento de los caídos. Yo me giré una última vez antes de seguir a Adrian, con el pecho oprimido por la certeza de que aquello er...

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