Capítulo 62: el filo de la traición

La noche había caído como un manto pesado sobre las criptas de la iglesia. Afuera, el viento rugía, pero dentro, el silencio era más aterrador que cualquier tormenta. El aire estaba impregnado de humedad y ceniza, y cada sombra parecía observarnos con ojos invisibles.

Yo no podía dormir. Adrian...

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