Capítulo 70: la profecía rota

La lluvia caía como cuchillas sobre nosotros mientras huíamos del puerto viejo. Cada gota fría era un recordatorio de que seguíamos vivos… apenas. Darío cojeaba a mi lado, con el rostro endurecido por el dolor, pero aún sostenía su arma como si el mundo dependiera de ello. Camila, ensangrentada p...

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