Capitulo 79: la senda de plata

El agua plateada me envolvió como un manto helado que quemaba y acariciaba al mismo tiempo. Cerré los ojos, aferrada a la mano de Adrián, mientras la sensación de hundimiento me arrancaba el aliento. No había aire, ni sonido, ni dirección. Solo un resplandor que se estiraba como un túnel infinito...

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