34. ¡Por el nuevo orden!

Cindy

Decir que estaba asustada era quedarse corta.

—¡Déjame ir! ¡Imbécil!— Le golpeé la espalda e incluso intenté asaltar su trasero. —¡Que te jodan! ¡Bájame!

¿Quién era este tipo y de dónde había salido? A pesar de mis gritos, nadie se movió ni se volteó a mirar. Mis piernas balanceándose g...

Inicia sesión y continúa leyendo