39. Pasar el día con un Alpha III

Reiss

Pude notar que la tomé por sorpresa. La boca de Cindy se abrió y su cuchara quedó enterrada en el helado.

—¿Por qué? —su voz sonaba baja y vacilante.

Aparté la mirada—. Nuestra relación ha seguido su curso natural. Es tan simple como eso.

Frunció el ceño, pero no dijo nada más, ni siqu...

Inicia sesión y continúa leyendo