56. Puede que me guste

Glen

Me ajusté el ribete dorado de mi traje negro mientras me sentaba en la cama. Esperando.

La ventana está justo frente a mí. Podía ver el cielo nocturno en todo su esplendor. Podía escucharlos, las risas, los gritos y la música. Si me concentraba lo suficiente, podía distinguir una sola voz...

Inicia sesión y continúa leyendo