57. Mío y solo mío

Me gustaba la idea de bailar y mis piernas ansiaban la oportunidad de seguir el ritmo, pero realmente esperaba quedarme más tiempo con Claudia.

Ella me sonrió. —Adelante. Veo a algunas de mis chicas, así que iré a saludarlas y te alcanzo después.

Le devolví la sonrisa antes de que desapareciera en...

Inicia sesión y continúa leyendo