97. Un hombro cálido sobre el que llorar

Reiss

Una cambiaformas jaguar se detuvo a olfatear el aire. Escaneó sus alrededores. Al no ver nada fuera de lugar, siguió caminando. Ella y otro cambiaformas vigilaban la entrada de la cueva.

Los espiaba desde detrás de un alto montículo de tierra, asomándome entre las hojas de hierba. Si n...

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