CAPÍTULO 39 - No aceptaré esta realidad

DÍAS DESPUÉS.

El reloj descansaba sobre la mesa como un cuerpo frío. Cada vez que Amara lo miraba sentía que se le partía el pecho en dos. Aquella correa de cuero gastada, ese detalle en la esfera que ella misma había notado mil veces cuando lo veía trabajar o acariciar su rostro… Ahora parecía un ...

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