Capítulo 20: En cuerpo y alma.

Lujo, era todo cuanto saltaba a la vista, fino mobiliario, suaves cortinas de costosa seda, candelabros que cualquiera podía suponer, si tenían gemas preciosas reales; el esplendor y la frivolidad estaban impresos en cada una de las paredes de tan lujoso recinto, y el sonido de la regadera rompía co...

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