Capítulo 33 Las falsas acusaciones

Al anochecer, al entrar en mi mansión después de un largo día en la oficina, Grace me recibe con una sonrisa juguetona.

—¿Lo hiciste genial anoche? Hagámoslo una vez más— me provoca con una sonrisa traviesa.

La miro, sintiendo cómo crece mi frustración. —Grace, tenemos que parar esto. Fue un error...

Inicia sesión y continúa leyendo