Capítulo 128

Sebastián lucía peor que antes, su tez pálida y cansada.

Cristina lo entendía. Atenea había mencionado que quedarse despierto hasta tarde y beber todas las noches haría eso a cualquiera.

El lugar no estaba muy lejos, así que llegaron bastante rápido.

Parecía que el orfanato había sido avisado por...

Inicia sesión y continúa leyendo