Capítulo 18

El rostro de Sebastián era aterradoramente sombrío, con llamas aparentemente ardiendo en sus ojos.

—Cristina, eres realmente astuta. Ni siquiera te has divorciado y ya estás tratando de engancharte con otros hombres —Sebastián se burló en voz baja, su tono cargado de frialdad.

Se giró y dio una se...

Inicia sesión y continúa leyendo