Capítulo 37

—Está bien, es hora de entrar—dijo Athena.

Sebastián finalmente salió de su trance, su rostro aún mostraba una expresión extraña. Dudó por un momento, luego extendió su brazo.

Cristina quedó atónita.

—¿Qué haces ahí parada?—dijo Sebastián fríamente.

Cristina apretó los labios y tomó cautelosamen...

Inicia sesión y continúa leyendo