Capítulo 436

Dentro de la habitación, de repente, cayó un silencio inquietante.

Sebastián bajó la cabeza, sus ojos fríos como el hielo, sus labios se separaron ligeramente, listo para distanciarse.

Isadora habló tímidamente —Papá, por favor, deja de decir estas cosas. Danos algo de tiempo, ¿vale? Nos conocimos...

Inicia sesión y continúa leyendo