Capítulo 90

Aunque pensaba así, Christina no echó a Sebastian.

En cambio, ayudó a Sebastian a cambiarse la ropa mojada y lo cubrió con una manta.

La mente de Sebastian estaba clara, pero estaba demasiado débil para moverse y no quería abrir los ojos.

Tenía miedo de que, si abría los ojos, Christina lo echara...

Inicia sesión y continúa leyendo