Capítulo 39

Me sorprendió lo sensible que podía ser Kent. Siempre había asumido que a Kent no le gustaba que la gente se acercara a él o lo tocara, y pensé que simplemente toleraba mi presencia porque no le agradaba en absoluto.

Mientras estábamos acostados en su habitación tenuemente iluminada, comencé a darme...

Inicia sesión y continúa leyendo