Capítulo 56

Conducimos hasta su casa en completo silencio, pero el coche era increíble. Era tan caro que conducirlo me ponía nerviosa.

Llegamos a su apartamento, que tenía un garaje subterráneo, y en cuanto nos estacionamos, noté mis jeans holgados y mi sudadera. Llevaba una mochila escolar como una niña, mient...

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