Capítulo 100

Ella asintió con solemnidad. «Lo sé, Maxwell. Créeme, lo sé. Yo tampoco quiero que esos malditos se salgan con la suya. De verdad que no».

—Eso espero, señorita Ruiz. Duerma un poco. —Maxwell se levantó y recogió sus cosas, recordando apagar la grabadora y guardarla en su chaqueta para que no se pe...

Inicia sesión y continúa leyendo