Capítulo 81

La puerta se abrió, apenas una rendija, apenas lo suficiente para pasar un dedo, pero sentí el corazón en un puño durante esos segundos sin aliento. Esperé, con la esperanza de no oírlo gritarme ni sobresaltarme. Oí su respiración agitada y los mismos gemidos de antes, acompañados de un húmedo ritmo...

Inicia sesión y continúa leyendo