Treinta. ¿Me echas de menos?

Chloe se sentía diferente. De una manera buena pero casi extraña.

Sin pensarlo, su mano fue a sus labios.

Entonces recordó. El beso. Su sonrisa. Su voz.

Chloe gimió. Él había llegado a ella demasiado. No había vuelta atrás.

Antes de darse cuenta, una sonrisa soñadora estaba en sus labios. Antes ...

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