Treinta y cuatro: no me canso de ti

"Apúrense chicos. Me muero de la intriga," ordenó Markings bastante emocionado mientras los hombres entraban en tropel a la gran sala.

Mientras las cajas eran abiertas a la fuerza, Chloe también comenzaba a morir de la intriga. Su cuello se estiraba desde donde estaba en los brazos de Nathaniel com...

Inicia sesión y continúa leyendo