Capítulo 128

Nina

Enzo me besó. No se apartó de repente, ni fue un beso accidental. Me besó suavemente y con profundidad, con sus manos acunando mis mejillas. Su aroma me envolvió, haciéndome relajarme en su cuerpo. Sentí como si estuviéramos flotando en una nube, y todo lo demás desapareció.

Cuando finalmente...

Inicia sesión y continúa leyendo