Capítulo 259

Nina

Después de nuestra apasionada ducha, Enzo y yo nos secamos rápidamente y nos vestimos. En mi estado de nerviosismo, casi olvidé que había escondido viales del antídoto en mi chaqueta; no fue hasta que los escuché tintinear entre sí por mi prisa que me di cuenta de que casi me delataba, y dismi...

Inicia sesión y continúa leyendo