Capítulo 308

La luna colgaba baja en el cielo nocturno, su resplandor plateado filtrándose a través de las cortinas ondeantes de nuestra habitación. Su luminiscencia debería haber traído tranquilidad, un marcado contraste con el tumulto dentro de mi corazón. Pero no lo hizo.

Estaba acurrucada en el borde de la ...

Inicia sesión y continúa leyendo