Capítulo 351

Nina

La tensión en la habitación era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Los ojos de Enzo se entrecerraron, fijos intensamente en el ladrón que estaba atado a la silla.

Me mantuve cerca, pero no demasiado, mi propio lobo alertándome con cautela en mi mente. Sentía una extraña mezcla de ...

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