Capítulo 40

Nina

—Qué sorpresa verte aquí —dijo Justin con una sonrisa extrañamente cálida—. ¿Puedo sentarme contigo?

Me mordí el labio y miré rápidamente a mi alrededor, medio esperando que Lisa o alguien más estuviera riéndose cerca, como si todo esto fuera una broma, pero no había nadie más. Parecía que ha...

Inicia sesión y continúa leyendo