NO ESTÁS A SALVO

—¿Qué acaba de pasar? —pregunté a nadie en particular. Subí rápidamente las escaleras corriendo de vuelta al lugar de donde venía, irrumpí en la habitación del viejo, que aún no conozco.

Los dos hombres se sorprendieron por la forma en que entré en su habitación.

—¿Qué demonios? —gritó, seguro que s...

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