Capítulo 33 Un toque de tristeza

El teléfono vibró en el bolsillo de Charles. Como había mucho ruido afuera, Vivian habló sin querer en voz alta.

—¡Feliz Navidad!

Charles casi se queda sordo con sus deseos.

—Mis oídos están bien, te escucho.

—Está bien, está bien, tú estás bien, excepto yo —bromeó ella.

—¿Cómo te sientes? ¿Qué...

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