Capítulo 126

P.O.V. de Gabriella

Me senté en el suelo frío, con las rodillas pegadas al pecho y los dedos enredados en mi cabello mientras miraba los restos de lo que solía ser mi habitación, mi santuario. Las cortinas de seda rosa estaban hechas jirones, las cintas rotas y anudadas en violentos estallidos de i...

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