Mi madrastra

—¿Tú crees que eres libre? ¿Cómo te atreves a arruinar a mi hija? —dijo con la ira reflejada en su rostro. Estaba a punto de suplicar perdón cuando recibí dos bofetadas que cambiaron mi destino y que tenían la capacidad de reiniciar mi cerebro a su estado original—. ¿Cómo puedes hacerle eso a mi úni...

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