Capítulo 123

El momento en que cruzamos el gran vestíbulo de entrada, sentí el silencio opresivo cerrarse a nuestro alrededor, cargado de recuerdos que había pasado años tratando de enterrar. La mesa de comedor de caoba pulida se erguía en el centro como un altar al legado—majestuosa, inamovible. A un lado, el m...

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