Una salida

Un fuerte estallido me saca de mi estado de ánimo asesino cuando la puerta se abre y Robin entra bailando vals en la habitación.

Me guiña un ojo. "Hola, jefe".

Dejo ir a Samanta, que se dobla con las manos sobre las rodillas y traga grandes bocanadas de aire.

-Roger, por favor. -Las palabras de ...

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