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Rendirme parecía inevitable. Mi cuerpo no estaba en condiciones—ni mental ni físicamente—de luchar. Contra ellos, no habría tenido ninguna oportunidad. ¿Eran siquiera humanos? Lentamente, asentí, accediendo a ir con el señor Larkspur. Una sonrisa se dibujó en la comisura de su boca mientras me agarr...

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