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El momento en que vi a Eamon de pie sobre el cuerpo caído de Hadrian, mi corazón se detuvo. Mi Rey yacía en el suelo, su cuerpo empapado en sangre por múltiples heridas profundas en el pecho, los hombros y los brazos. Un frío terror me envolvió mientras corría hacia la arena, deteniéndome en su cent...

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