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—Entonces... ¡cuando lo veas, lo sabrás! —dijo con un puchero, claramente molesto porque había arruinado su diversión.

En medio del miedo y la incertidumbre de la situación, su comportamiento irracional de alguna manera levantó mi ánimo. Una leve sonrisa se dibujó en mis labios a pesar de mí misma....

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