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Mi respiración se entrecortó mientras mi corazón martilleante amenazaba con ahogarme en pánico. Apreté los puños, obligándome a concentrarme. Lógica. Racionalidad. Esos eran mis únicos aliados ahora.

—Detén el coche— ordené, mi voz firme a pesar del caos que se gestaba dentro de mí.

—Te dije que n...

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