Una nueva esperanza

—¡Hola!—dijo Lucas, levantando la mano derecha, mientras metía la izquierda en el bolsillo de su pantalón.

Lucas se acercó a mí, que aún estaba sentada en la cama. Ver su estilo tranquilo y relajado me hizo pensar que no parecía alguien que viniera a visitar a una amiga enferma.

—No parece grave, ...

Inicia sesión y continúa leyendo