Primera cita

—¡Mamá, tenías razón! Siempre me pregunté por qué estaba pasando por todo esto, pero ahora lo entiendo. ¡Como recompensa, un chico muy guapo me invitó a salir a una fiesta esta noche!— exclamé, saltando sobre mis pies.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver mi felicidad.

Esa noche, me vestí modes...

Inicia sesión y continúa leyendo