Capítulo ciento cincuenta y cuatro.

Desde la perspectiva de Ava

Puse la cabeza de Asher en mi pecho y lo mecía suavemente para que volviera a dormirse. Mi corazón se sentía oprimido. No puedo creer que esté aquí. Pero estoy agradecida por una cosa: que Isabella me haya dejado tenerlo. Y según mis cálculos, han pasado un par de días.

...

Inicia sesión y continúa leyendo