Capítulo treinta

La perspectiva de Ava

Me quedé congelada por unos segundos porque no podía asimilar lo que acababa de decir. ¿Acaso se disculpó?

—Di algo —dijo casi apresuradamente.

Mis ojos se alzaron para mirarlo.

—¿T... te has disculpado? —le pregunté. Me miró sin expresión en los ojos, como si estuviera tra...

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