Capítulo setenta y cuatro.

Todo iba bien. Demasiado bien, sabía que estaba caminando hacia una trampa. Pero no me importaba. Los guardias en la casa de Raoul me dejaron entrar sin siquiera preguntarme nada, así que me di cuenta de que les habían dicho que llegaría pronto.

Las coordenadas que Simon me envió después de seguir ...

Inicia sesión y continúa leyendo