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La otra línea suena y en el quinto timbre contestan.

—Hola

—¿No crees que es cruel mantener a un niño en el orfanato?

Se escuchaba un alboroto de fondo.

—¿Perdón?

—No estás perdonado.

Ella cuelga el teléfono.

Y yo sonrío con malicia.

¡EL JUEGO ACABA DE COMENZAR!

¿Pensaban estas personas que p...

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