Capítulo 1045 Suicidarme el día de tu boda

Henry no pudo contenerse más. Besó a Lola, sus labios calientes e intensos contra los de ella.

Después de un momento, Lola lo empujó suavemente, con las mejillas sonrojadas.

Los ojos de Henry aún ardían de deseo. Miró a la tímida pero feliz Lola y preguntó con voz ronca:

—¿Hablas en serio?

Los o...

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