Capítulo 40

Beckett se estaba rascando la cabeza, totalmente confundido.

¿Por qué no podía hablar de los cientos de atuendos, zapatos y bolsas que envió a Abella ayer?

Kimberly, al ver a Phillipe y Abella tomados de la mano, canturreó, toda sonrisas—Pasen y relájense un rato.

—Claro, por qué no—dijo Phillip...

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